No
soy feminista, tampoco hombrista o como se diga, me gusta la convivencia sana
entre gente y también me gustan los ratos de abrazo conmigo mismo y ya.
Seguro
que en sus mentes imaginan: “Ya se volvió lorenzo este Conocedor, no tengo idea
de que escribe”.
Dejen
les platico. Hace algunas semanas, en una cena con cuates y cuatas, en la cual
las cuatas estaban sentadas por su lado, mientras los cuates estábamos sentados
por el nuestro, platicando y departiendo con alguna copa en la mano de cada
uno.
Sale
al tema un futuro viaje de nuestro cuate el Arqui, que tiene que ir de trabajo
a Las Vegas (todos nos reímos) que va a una convención de construcción y es
obligatorio….. se le ocurre decirnos: ¿Por qué no se pegan? Y con eso empieza
la gran organización del viaje a Las Vegas de puros cuates… nada de cuatas.
En
lo que les platico llega la hora de juntarnos en una mesota a cenar (cuates y
cuatas) y a algún boquiflojo, se le ocurre comentarles a las cuatas: “¡Nos
vamos de viaje a Las Vegas con el Arqui!, vamos a acompañarlo a trabajar.” Casi
todas las cuatas se rieron y empezaron a protestar…. Menos una de ellas, muy
calladita, no protestó nada, ni siquiera una palabrita, pero….. que saca su
celular (es duchísima en eso del manejo de alta tecnología a través del méndigo
teléfono que yo solo contesto y a veces marco)
Mientras
la tertulia continuaba y todos le entrábamos a las viandas, ella calladita,
metidísima en su celular hasta que le dice a su marido: “Guapo, pásame los
datos de tu tarjeta”. El pobre guapo solo aflojó la información y puso cara de
plegaria. Un minuto después nuestra heroína comenta: “Niñas, ya está nuestro
viaje a Las Vegas para dentro de 5 semanas, vamos al hotel Wachimero y van a
ser cuatro días. Ustedes hombres, le depositan al Guapo en cuanto llegue el
estado de cuenta.” Y la méndiga empezó a cenar.
El
chiste es que las cuatas, se vieron más agresivas, más contundentes, más
atrevidas y que nos madrugan con el viajecito a Las Vegas.
Total,
el Guapo, el Arqui y los demás cuates vamos a ser madres solteras durante
cuatro días en unas semanas.
Cabe
aclarar que para la organización de estas cenas, todos nos mochamos y
compartimos gastos. Nuestro cuate el Financiero, solo atinó a decir después de
las indicaciones de la esposa del Guapo: “¡Esta cena sí salió carísima!”
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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