Hoy
me voy a imaginar atrapado en Acapulco. Si me he imaginado esto antes del
méndigo Manuel que armó un verdadero desastre, sería como premio. Ojalá pronto
se recupere el puerto en particular y todo el país también.
En
esta inventada aventura, nos acompañan a la familia de 4, (Lila se quedó por
suertuda) los Suegros, mi santa madre y una invitadita (así les dicen las señoras
bien a la gorrona amiga de su hija que se junta para la vacación).
Estamos
hospedados en elegante hotel en La Costera, Tenemos tres habitaciones
contratadas para un par de noches, nos venimos en el Micro y no nos tocó bloqueo
de maestros en Chilpancingo.
Todo
pintaba bien para pasar un fin de semana con la panza hacia el cielo y una
light con papitas en la mesa de junto.
No
hay sol, está nublado; yo encantado, pero Mi Chiquita, La Cachorra, La Invitadita
y mi suegra, están, textualmente, que no las calienta ni el sol. Quieren
cambiar de color blanquecino a moreno tipo Beyonce.
Al
rato empieza el chipi chipi (así también le dicen a la llovizna las seños bien).
Este rápidamente se convierte en aguacero con rayos y truenos.
Empiezan
las opiniones:
Mi
Santa Madre: ¡Jesús, María y José! Nos vamos a ahogar con tanta lluvia.Mi Suegra: $%&” lluvia, yo me quería asolear.
La Cachorra: Pa: ¿A qué hora deja de llover?
Mi Chiquita: ¡Niños! No se mojen con la lluvia. (Están en la alberca)
Como
la lluvia no cesa, se organizan para ir a comer; La opinión generalizada es que
hay que ir a comer mariscos y pescados.
Mi
Suegra: Vamos a Puerto Marqués que también venden sopecitos de frijol para los
niños. (Los míos le entran durísimo al pescado y a los mariscos, La Invitadita,
no sé.)
Mi
Mamá: Yo voy a donde me digan, pero me dicen antes para saber qué me pongo. ¿Es
elegante?Mi Chiquita: Mejor vamos al Chaneque en Barra Vieja, yo quiero huachinango a la talla y ahí es el mejor.
Yo: ¿Y si pedimos más papas y cocas aquí en la alberca?
Todas,
hasta la invitadita me voltean a ver con cara de “este está loco, yo aquí no me
quedo mientras llueva”
Total,
se decide que a Barra Vieja al Chaneque.
Ya
todos bañados, medio vestidos y peinaditos, nos encaminamos al lobby para pedir
el Micro. La Costera está como Reforma e Insurgentes rodeadas de maestros, no
se ve que ningún automotor se mueva ni medio milímetro y las caras de los conductores
indican que llevan más de 3 minutos ahí.
Como
nos vamos a tardar como unas 12 horas en llegar, sabiamente decidimos irnos
caminando para ver que lugarcito se nos antoja.
Uno
en Acapulco no prevé tanta agua cayendo en la calle, a media cuadra somos como bomberos
destapando cañería en alguna avenida y mejor nos regresamos al hotel. MI idea
era la mejor.
Así
más o menos pasan el par de días y no deja de llover, empieza la preocupación,
el agua crece y el sol no brilla. Las noticias dicen que ya nos amolamos, que
Acapulco será nuestro hogar por unos días más.
Aquí
empieza la verdadera aventura.
No
hay energía eléctrica y el aire acondicionado no funciona, esto para dormir,
pero la tele tampoco prende y los celulares no se pueden cargar. Empiezan a
racionar los alimentos en el hotel, y todos (TODOS) están de mal humor como si
yo fuera socio de Tlaloc.Como me gusta tener refrescos y bebidas en mi hielera (OSCAR) tenemos bebidas como para unos 3 días, eso sí, al tiempo porqué ya no hay hielos.
Te
medio enteras que la población acapulqueña está realmente sufriendo y tratas de
explicarlo a la familia, que solo quiere regresar a casa.
Mi
humor se empieza a contagiar de la claustrofobia generalizada. Yo también
quiero mi casa, mi cama, mi baño y mi almohada.
Cuando
ya estoy a punto de asesinar un pariente, noto que esto me lo estoy imaginando,
que no me pasó nada y que estoy seguro, seco, sin hambre ni sed y en mi casa.
Esto
es pura imaginación, debe ser muy diferente a lo que les pasó a muchos
compatriotas alrededor del país.
Este
Blog es dedicado a todos los que salieron maltratados por Ingrid y Manuel, para
los que no lograron librarla y para sus familias que lo van a seguir sufriendo.
De
verdad, si pueden ayuden.
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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