viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Y si cambiamos de tema?

Qué manera de empezar a escribir, pero ya estoy hasta el gorro de solo platicar de lo que nos están haciendo los maestros acá a todos los capitalinos.

Independientemente de que me tienen con el “Jesús en la boca” con eso de que no sabes por dónde se te van a aparecer. De que los negocios (incluido el mío) se sienten re despoblados, De que no sabes si vas a regresar de trabajar a horas decentes (luego me quieren endilgar que salgo con Ninel o con Gali o con Megan, pero no les hago caso). Ya NO quiero hablar de ellos.

Cada sobremesa, cada plática telefónica (no soy muy fan de estas, prefiero la cara a cara), cada conversación en el coche y además los noticieros lo recuerdan todo el día. Ya chole, pero para acabar y como lo puso Susana Moscatel en un Twitt:
 
¡Hey Teachers, leave those streets alone!

Vamos a hablar de otra cosa, bueno no es cosa, es otro personajazo que se apareció en nuestras vidas ya hace algunos añitos y está dedicando su jornada laboral a Las de Chilaquiles. Bertha.
Todavía no sé quién es más terco, si ella o yo. Siento que ella es más, pero ella dice que soy retenecio.

Les platico un día laboral:
6:00 AM. Acá su conocedor está listo y bien tapado (se me enfría la pelona y no los albureo) esperando a la méndiga Bertha que debe llegar puntualita para treparse al micro (mi micro) y lanzarnos a la Central de Abastos para estar listos y operando a eso de las 7:00 am.  Nunca ha llegado a tiempo, siempre llega con por lo menos unos 7 u 8 minutos de retraso. Pero cuando se sube muy sonriente me inventa algún pretexto: Desde que el camión venía despacito porque la calle estaba mojada, hasta que vió un violador y se esperó a que se fuera.

6:35 a 6:45 AM llegamos rayando a la Central, Bertha se lanza a buscar un diablero por qué no puede cargar, su piecito le duele  y no sabe el motivo.
La exagerada no quiere cargar 3 garrafones de esos grandotes de agua y unos 15 kilos de alimentos con los que se darán gusto nuestros clientes.

7:00 AM: Ya saludó a todos los vecinos, ya prendió las luces y está lista para atender al primer cliente que llegue. Eso si, ya me reclamó que no hay tortillas y yo las debía haber pedido, que no hay carbón (no me dijo nada el día anterior) y que tengo que ir por él. Eso sí ya se compró un pan dulce y me invitó uno.

7:30 AM Ya se enteró de la mayoría de los chismes, menesteres y anécdotas que sucedieron en su ausencia en casi todos los pasillos de semejante mercadote. Nuestro vecino y tomatero, es muy popular entre la tropa centralera y todo le platican. Cómo Bertha ya es casi su comadre, pues s entera de todo lo que sabe el Scooby (así le dice pero realmente se parece a Shaggy).

Entre las 7:30 AM y las 2:00 PM, ya se cotorreó a por lo menos 3 traileros, 4 diableros, 7 compradores, un par de muchachitas heridas de amor y 12 bodegueros. Les saca la sopa cual agente judicial, Ya le platicaron que se llevan a la que quiera ir a pasear a Guanajuato, que una de las heridas anda con un casado, pero ya casi deja a su mujer, que antes se las tronaban, pero ya no.

Además de las ganas que le echa, tengo que agradecerle que de repente, se apiada de mí y me lleva un tamalito de mole.
 
Se puso la del Puebla y se mochó con un Chile en Nogada hecho en su casa. Me debe unos tamalitos oaxaqueños, estos me los prometió hace como 4 años que iba a venir su mamá de Oaxaca para hacer tamales. Se me hace que me hizo de chivo los tamales.

Aquí también extiendo mi admiración por Toño, su sufrido marido, que lo único que le dejaron comentar es que él tenía la culpa de todo en su casa.

Lo malo no termina ahí, que de la unión de Toño y Bertha salió otra méndiga que pelea todo el día conmigo: Viridiana, que tiene como 7 años y pelea como el Canelo. No quiere que nos comamos a su gata. Pero es ya es de otra plática.

¿Ven lo que sufre uno al trabajar con pura mujer necia?

¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

 

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