Es un pequeño lugar tipo lonchería al que tienes que llegar caminando y normalmente tendrás que esperar unos minutos por algún lugar para sentarte, muy posiblemente tengas que compartir mesa con algún otro comensal desconocido pero con el mismo antojo. Hay muchos que al ir solos, toman su lugar en la barra, de esas de lonchería de antaño.
Dicen que se fundó en 1910, lo que lo hace uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad.
Tiene
varias opciones en su menú desde su pierna adobada, platillos de pollo,
consomé, postres, aguas frescas y su especialidad: PAVO.
La
especialidad de la especialidad, es la tortita de pavo con guacamole, este es
su platillo más socorrido y muchas veces acompañado por consomé.
La
tortita está preparada en una telerita y el sabor que le dan al del pavo es de
los mejores a mi gusto. Cabe aclarar que no soy muy fan del pavo, pero esta
torta si vale la pena. La carne es jugosa, suave y con ligero sabor a
rostizado. El guacamole la complementa perfectamente.
Mientras
estás sentado, es de llamar la atención la cantidad de tortas de pavo que
entregan para llevar, que sirven para comérselas parado o caminando, además de
las que se están sirviendo adentro.
Con
el pavo, también preparan enchiladas, tacos y otras delicias. Prueben La
Quesadilla Churchill de pavo, queso y adobo.
Puedes
pedir tu pavo entero rostizado o adobado, en temporada invernal, te preparan jamones,
lechones, piernas y lomos de cerdo. Si pueden, pidan un lechón. (Solo le di una
probadita y me quedé prendado). En esta temporada, también preparan tortas de
bacalao.
Este
es otro rincón en la Ciudad de México, que es obligatorio visitar.
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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