martes, 23 de octubre de 2012

La Cajita de Chocolates

Por andar de compras con “mi chiquita” (Ya saben, mi esposa), me encontré varios empaques de chocolates individuales y me pareció un postre interesante para la cena que ofreceríamos en casa.

¿Dónde los pongo? Esa pregunta cambió mi relación con muchos de mis invitados. Los puse en un recipiente de plástico de unos 2 litros. Pero creció, creció y creció hasta llegar a ser una caja de plástico (tipo archivero) donde caben alrededor de unos 6 a 7 kg de chocolates.

Para que les platico lo que es cargarla a la mesa o mesas, dependiendo del tamaño de la reunión. Esto es lo de menos, he recibido miradas de “odio” (normalmente de amigas de siluetas envidiables), miradas infantiles de “eso no es posible”, miradas de “ya empezaste y todavía no acabo con el postre”, miradas de “nooooooo, voy a tener que pecar” y miradas de “yo quiero uno de cada uno”.

Todavía no hay alguien que no haya sucumbido a su encanto, que no haya tomado al menos un chocolatito de sus interiores, que no haya disfrutado de los placeres de mi cajita.

Dicen que la odian, pero en el fondo yo sé que la esperan con ansia loca. En cada reunión, sale a compartir y siempre recibe una sonrisa.

Por cierto, en la cajita solo hay chocolates, si quieren algún tamarindo picoso, está en otro lugar de la alacena.
 
¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

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