martes, 4 de junio de 2013

Cuando todo se te junta.

Así como hay sábados que no te pela ni tu perro, que además la programación televisiva conspira contra ti y no encuentras nada interesante o que el refri está muy alicaído sin nada de antojos, también te encuentras temporaditas que no te dan un airecito para respirar tranquilo. ¡Estoy en una de esas!
Ayer ni pude publicar mi blog. ¿Me extrañaron o les valió gorro?

¿Cómo ven? Al rato abrimos nuestra nueva fonda (Tortería especializada en chilaquiles de muchos colores y sabores, combinados con variedad de guisos muy mexicanos: Alias “Las de Chilaquiles”), durante algunas semanas, el estrés ha estado de miedo. No acaba el Maestro plomero, que además es electricista y creo que hasta carpintero. Pero con mucha pachorra me dice “Ya mero, no se apure” y me dan ganas de contestarle, ¡Apúrate tú!

 
Al mismo tiempo hubo que organizar la 1ª Comunión de la Cachorra y el Oso de Peluche. Como nos encanta eso de la pachanga y contamos con el apoyo de Cacho y Lourdes (mis amigos banqueteros), pues salió rete bien. Eso sí con mucho pleito por la “Mesa de Dulces”, a la que le pusieron muchos salados, agrios y picosos. Relegaron a mi cajita de chocolates a la alacena con amenaza de no sacarla a dar la vuelta al convivio o no me “la acababa”. Yo que la quería sacar para compartir y no para acabármela toda yo solito.

Ya para que les platico de los colores de los moñitos, manteles y hasta las amarraderas de las bolsitas de los churritos. Yo los hubiera puesto en sus bolsas originales para que no se aguadaran. El comentario fue: “¡Qué mal gusto tienes!”
Solo pregunté: ¿Son para ver o para comer? No obtuve respuesta oral, pero si mirada homicida.

Sufrí presión sicológica para que me pusiera corbata. Como no quería morir ahorcado, me puse una camisa semiguayabera y muy fresquecita.
Para no perder la costumbre, la comida terminó a las 12 de la noche y muy contentos, con mucho amigos, parientes y gorrones (que también son bienvenidos siempre).

Lo que no tenía yo muy planeado, era que al día siguiente, los ya comulgados, iban a recibir “La Confirmación”.
Menos sabía que los futuros confirmados eran como 428, y que cada uno traía de perdis un Padrino. Con decirles que a la Iglesia solo entraron ellos. El resto de la parentela y amigos acompañantes, nos quedamos afuera a pleno sol y sudando la gota gorda. Me metí a sacar unas fotos, pero fui corrido por la muchedumbre por eso de ser medio claustrofóbico.

Afuera había un puestecito de refrescos, que vendió todas sus bebidas como en 4 minutos y una bola de insolados estábamos a punto de morir deshidratados.

Como acá su Conocedor, está acostumbrado a encontrar lugarcitos donde saciar apetito y sed, que me lanzo a callejonear y me encontré una miscelánea básica con refrescos varios y compré unos 10 para algunos amigos y parientes ya muy maltrechos por el calor. Lo malo es que solo había 2 lights y de a litro. Íbamos a compartir baba dado que la tiendita no tenía popotes ni vasos desechables.

Cuando regresé con mi bolsa de plástico llena de refrescos, varios desconocidos me preguntaron si los vendía. Solo les di indicaciones de cómo llegar a la tiendita. Ni modo de hacer negocio con el sediento ajeno.

Me encontré primero a Pam, cuando abrí la bolsa para que se asomara, puso una sonrisa de felicidad y de inmediato la cambió a mueca de dolor: “¿Las lights son de a litro? Es muchísimo”. Solo le contesté: Tú dale el primer tragote, ya la baba le toca al siguiente. Ni tarda ni perezosa, se zampó su tragote de light y recobró la temperatura corporal.

Empezaron a salir de la iglesia, todos sudados (Creíamos que hacía calor afuera. Adentro era como sauna multitudinario y en Mexicali.)

Mi Oso de Peluche se carranció el primer refresco y volvió a sonreír. La Cachorra y su Chiquita Madre, compartieron la otra light que sobraba y hasta recuperaron su color natural en lugar del rojo camarón que traían.

La madrina de Pam chiquita, suegra de Pam grandota, salió también como enloquecida, ella como yo, toma light, pero con el calor, la sed y la sudada, le valió gorro y agarró una con todo y azúcar pero bien fría. Se la tomó como náufraga recién llegada a Veracruz.

Muy acalorados regresamos a nuestros aposentos y el estrés arreció: Llamada del Arquí: “No acabamos, mañana temprano seguimos y mañana acabamos.”

Yo sufriendo toda la tarde del domingo y sin poder hacer nada.

Ya ayer lunes, nos lanzamos al “local” con apoyo fletero. (El refri no cabe en mi Micro) y a empezar a acomodar el tilichero. Después de 7 horas de caminar más que en maratón, cargar más que en fisicoculturismo, subir y bajar escaleras peor que alpinista y sudando como todos esos juntos. Nos dieron las 5:00 PM y que creen. Todavía faltaba tantito para acabar la instalación eléctrica. Gracias al cielo llegó el Arqui que se encargó de finiquitar el asunto con amenaza de su parte incluida: “No vayas a conectar el micro-ondas o truena la instalación del vecino”. Lo que pasa es que CFE no nos ha conectado y estamos “colgaditos” por un par de días. No se crean que somos abusivos, nooooo, desde hace varias semanas está solicitado el servicio pero no llegan a conectar, ¿Querrán alguito?

El chiste es que al rato iniciamos la aventura, yo con el estrés estoy escribiendo a las 4 de la mañana y eso que acabé con dolor de patas, brazos, muslos y creo que hasta hígado.

Mañana les platico cómo estuvo el primer día y no sean méndigos y luego me visitan. Prometo dar descuentos y chocolatito de La cajita de Las de Chilaquiles de postre. Luego les doy los datos.

¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

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