Yo tuve que ir.
Que
a un moroso cliente que no me pagaba, se le ocurre darme un cheque posfechado
para dentro de 1 semana. ¿Qué hace uno? Pues que agarro el cheque y niguas que
lo suelto.
Una
vez pasada la semana, se me había olvidado lo del cheque y cuando me acuerdo
son las 12:30. Pienso: “La peor hora
para ir al banco.”Ni modo, que me lanzo a la institución bancaria para depositar el cheque… al llegar al estacionamiento y el lugar más cercano está en la fila más lejana a la puerta de entrada, ya sabes la que te espera.
Ya
adentro del banco, te reciben con una sonrisota y te preguntan: “¿Para qué nos visita? “
Mi
respuesta no es lo más amable: Ni modo que para asaltarlos, pues vengo a
depositar un cheque.“Pase a su derecha.” (No hay como ir a la izquierda a menos que quiera chocar con la pared.
Al
dar la vuelta a la derecha, encuentras una cantidad de clientes que parece cola
del Metro Pantitlán, huele parecido y hace un calor que ni en Mexicali a medio
día.
Hay
tres filas, una para cuentahabientes (ahí voy yo), otra para clientes sin
cuenta (No entendí, cómo eres cliente y no tienes cuenta en dicho banco) y
finalmente para cliente preferentes donde solo hay 2 personas. ¿Seré cliente
preferente? ¿A quién le pregunto?Mejor ni pregunté, no sea que me salga de mi fila y lleguen otros 26 cuentahabientes y me ganen mi lugar.
Cuando
me doy cuenta, la fila de Clientes sin Cuenta, está mucho más vacía (hay como
17 personas) que la de clientes con cuenta donde estoy formado (aquí somos como
35). ¿Y si digo que no soy cliente sin cuenta y hago menos fila?
Mejor
no, otra vez presiento la amenaza de pérdida de lugar en la fila.
El
calor está arreciando, la multitud y yo
sudamos cual maratonistas gordos, la fila avanza como a una persona por cada
quince minutos. Hago cuentas y calculo poder retirarme con el cheque depositado
en unas 6 o 7 horas.
Empiezo
a tener pensamientos asesinos, entre el calor, parado hace rato, con ganas de
ir al baño (Hay que pedir que pongan baños en los bancos,,, yo creo que si les
alcanza) y viendo que “mi” fila es la que menos avanza, ya pienso en que los de
la de Clientes Preferentes son unos méndigos influyentes y que son ricos por
haberse ganado la Lotería, seguro lo van a pagar en el infierno.
También
les veo cara de burócratas a todos los empleados que atienden las cajas, hasta
busco ver si alguno se está echando una torta de frijoles con huevo (que son
buenísimas) y su chezco en bolsa.
En
la fila donde estamos formados, vienen delante de mi 3 tipos que se ven
peligrosos (no de peligro de asalto, de peligro porqué traen folders). Estos
son de los que mandan de oficinas y llegan como con 19 trámites en cada folder.
No quiero ni pensar del tiempo extra, si les toca a los tres al mismo tiempo en
diferentes cajas
Todos
ya tenemos cara de menesterosos, varios ya se sentaron en el piso (yo no,
porque me va a dar pena pedir que me ayuden a pararme ya con las patas
dormidas). Otros ya se quitaron y pusieron el suéter varias veces y todos ya
nos queremos ir.
Ya
solo faltan 5 personas, han pasado 49 minutos, que parecen 9 horas. Los tres
peligrosos están a punto de ser atendidos y mala suerte, entran al mismo tiempo
y quedan bloqueadas las tres cajas más eficientes. En la otra caja (la de los
suertudos Preferentes) empiezan a atendernos a los de la chancla obrera, porque
las otras cajas tienen a los mismos tres ocupándolas desde hace 15 minutos.
Al
fin me toca mi turno y la damisela que está en la caja me indica: “Deme un segundo, regreso de inmediato”.
Yo
ya me la estoy imaginando relajándose en el baño (seguro hay, pero para
empleados) y yo a punto de muerte por escalofrío. Antes de que logre escaparse, le digo: ¡Porfis solo es depositar un cheque y ya me tengo que ir o me hago pipí en los pantalones! No sea méndiga, o mientras me cuida mi lugar y busco un arbustito aquí afuera.
Bendita sea ella que se apiadó de mis ganas y que se avienta mi trámite en un lapso de no más de 2 minutos, en los cuales yo ya sentía que la vejiga estaba a punto de estallar.
Salgo
del banco, caminando chistosito a buscar el arbustito, por qué no llego a la
oficina…… UFFF, encontré un baño, gracias al Viene-Viene que me indicó dónde
estaba el de los de intendencia.
Tanto
sufrimiento por mugres Diecisiete Millones de Dólares.
¿Lo
harían ustedes?
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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