miércoles, 6 de febrero de 2013

El Mal de Oficina

No me vayan a mentir, no sean cobardes y acéptenlo, a todos los que hemos trabajado en algún lugar con más gente nos ha pasado.

El Mal de Oficina.
Cuando agarras trabajo nuevo y va a ser el primer día para presentarse a trabajar, nos preparamos para todo, esto incluye la precaución de no ser mamila con los subalternos, no ser lambiscón con los jefes, ir bien presentado, bañado y perfumado, si eres niña, vas bien guapetona, con zapato alto, bien maquillada y con un peinado de salón.
Sientes que todos te van a observar, a criticar y a evaluar tu carácter y disposición.
No tienes idea si tus futuros colegas son unos méndigos o son un buen equipo de trabajo, tampoco sabes si te van a recibir bien o te van a hacer la vida de cuadritos.
Todo es incertidumbre, un poquito de temor y muchas ganas de empezar bien.

Esto nos pasa a casi todos, pero con lo que no cuentas, es con la imagen que te llevas ese primer día de la bola de compañeros que ya dominan este medio de trabajo.

Los de Ventas y Mercadotecnia siempre son los más bonitos de la empresa, como se entienden con los clientes y hay que dar buena imagen, pues así son. No crean que por bonitos están, también deben ser muy buenos en lo que hacen.

Están los de Contabilidad, ellos siempre están ocupados con una bola de papeles y son de los que más se desvelan para que las cuentas cuadren y estén a tiempo.

Hay los de logística, que hacen malabares para que todo fluya de acuerdo a los tiempos necesarios.

Encuentras también muchos administrativos en cada área que van organizando lo que los demás desorganizan.

Cada una de estas personas tiene su personalidad y presencia. Esa primera impresión no te deja mucha idea, pero empiezan a pasar días, semanas y meses. Entonces empiezas a notar ciertas cosas que no habías visto. Esto a mujeres y hombres.

Fulanita de MKT, tiene unos piernones….. El de Ventas, siempre se viste muy bien y su sonrisa es muy atractiva. La Contadora, se está poniendo buenísima. El del almacén tiene unos brazotes como de luchador y así empieza la transformación física de los colegas. Todo esto sin una gota de Tequila entre pecho y espalda.

Pasa en restaurantes con las Hostess y meseros, en los gimnasios con las instructoras e instructores, en los hospitales con médicos, enfermeras y auxiliares.

Soy un gran admirador de Manuel Landeta, su esposa Angelina es mi amiga y ya cumplieron más de 25 años de casados. Además de que lo considero un excelente actor, me tiene impresionado, ¿Cómo le hace para que el Mal de Oficina no le dé como pandemia?

Imagínense trabajando todos los días con Mariana Seoane, con Bárbara Mori, con Ninel Conde… a mí, ya me hubiera dado un Mal de Oficina sin cura posible.
Si son mujeres, imaginen lo mismo pero con George Clooney, Brad Pitt y Willian Levy, ¿a poco no está cañón?

Uno que es de taco de ojo como platillo recurrente y veo pura bella por todos lados, no podría ser actor.
Mi Chiquita tendría que darme de cachetadas todos los días para regresar a la vida real. Estoy seguro que ya tendría daño cerebral por la cachetiza cotidiana.

Regresando a Manuel, en una comida de otra amiga mutua le pregunté, ¿Cómo le hacía para evitar el mal de oficina?
Su respuesta es excelente. “Mis compañeras son hermosas y yo soy un profesional”

¡Las mías también son hermosas y también soy un profesional!
Esto no evita el respetuoso taco de ojo, como síntoma del Mal de Oficina.

¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

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