Todo
inicia con un regalazo: un paquetote de carne seca recién llegado de Monterrey.
Tenemos
de invitados a Polo y a Bere, nuestros amigos de la Ciudad de la Eterna Primavera.
Todos amanecimos hambrientos.
Con
la carne seca, se me ocurre preparar una botanita de tacos en tortillas de
harina y salsa molcajeteada con chile piquín verde. Esta salsa se hace con
manteca de cerdo… no se asusten, es poquita.
Mientras se preparan las viandas, pongo en la plancha la carne seca con poquito aceite. (la verdad me dio una flojera tamaño caguama poner el asador)
Las
tortillas se calienta a fuego muy suave para que no se quemen, la salsa está
lista y calientita. Aquí empieza el problema.
La
carne seca en el asador, echa una cantidad de humo como de llanta quemada
(huele delicioso), pero este nivel de humo en la cocina es otra cosa.
Como
Mi Chiquita, Bere, Polo y los infantes, están ya sentados en la mesa, no se han
dado cuenta que su seguro Conocedor se está ahumando cual jamón ibérico en la
cocina. Con la puerta cerrada ni se nota.
Al
salir de la cocina con la salsa, las primeras tortillas y unos pedazos de la
carne ya asada, sale conmigo una cantidad de humo como si fuera yo quinceañera
en su fiesta.
Bere
grita: ¡Algo se está quemando, qué miedo!
Mi Chiquita
corre a verificar los desperfectos y busca el extintor.Polo se avienta el primer taco (él si confía en mi)
Todos los enanetes corren hacia afuera por indicaciones de sus madres.
Ya
pasado el susto, inician los regaños y en este caso por partida doble:
MiCh:
¿Qué quemaste?
Bere:
Mejor vamos a desayunar a otro lado.MiCh: Ves, por hacer esa carne que avienta tanto humo.
Bere: Es que le pones mucho aceite. (Ni saben que es manteca de puerco o se mueren las 2)
Yo: No se asusten, nada más es humito.
MiCh: Se va a ahumar toda la casa, ¡Haz algo!
Yo: Estoy cocinando, Prende un ventilador.
Bere: Yo lo prendo.
MiCh: No Bere, que lo prenda este que es el que llenó de humo la casa.
Polo
mientras tanto, ya me convidó un taquito que estaba buenísimo.
Bere
no pela a Mi Chiquita y se lanza a prender el ventilador. ¿Han visto las fotos
de aviones despegando? Donde se ven torbellinos de humo, hagan de cuenta, el
humo empezó a retozar como gaviota y se hacían unos remolinos padrísimos.
Yo
me regresé a la cocina, todavía había carne en la plancha, ya lista para
prepararse el machacado. Mi Chiquita me acompaña agitando un trapo para tener
mejor visibilidad, tampoco es cosa de estrellarse con la estufa. Abrió todas
las ventanas, puertas y si hubiéramos tenido quema cocos en las casa estaría abierto.
El
Machacado con huevo quedó buenísimo, las tortillas calientes y sin dorarse, las
salsa bien caliente y picosita.
Los
niños, Polo y su Conocedor, nos sentamos todavía con poquito humo y nos sampamos
varios taquitos.
Mientras
tanto y desde afuera, Bere y Mi Chiquita no entraban hasta estar seguros que no
morirían de asfixia. Como el hambre es más fuerte que el susto, entraron y le
entraron al machacado, no sin cierto recelo, pero con mucha hambre.
El
siguiente paquete se cocina en asador y afuera o voy a volver a ser regañado.
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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