miércoles, 24 de abril de 2013

Desayunando a lo Norteño

Lo malo es que fue sin asador…..

Todo inicia con un regalazo: un paquetote de carne seca recién llegado de Monterrey.
Tenemos de invitados a Polo y a Bere, nuestros amigos de la Ciudad de la Eterna Primavera. Todos amanecimos hambrientos.

Con la carne seca, se me ocurre preparar una botanita de tacos en tortillas de harina y salsa molcajeteada con chile piquín verde. Esta salsa se hace con manteca de cerdo… no se asusten, es poquita.
 
Mientras se preparan las viandas, pongo en la plancha la carne seca con poquito aceite. (la verdad me dio una flojera tamaño caguama poner el asador)

Las tortillas se calienta a fuego muy suave para que no se quemen, la salsa está lista y calientita. Aquí empieza el problema.
La carne seca en el asador, echa una cantidad de humo como de llanta quemada (huele delicioso), pero este nivel de humo en la cocina es otra cosa.

Como Mi Chiquita, Bere, Polo y los infantes, están ya sentados en la mesa, no se han dado cuenta que su seguro Conocedor se está ahumando cual jamón ibérico en la cocina. Con la puerta cerrada ni se nota.

Al salir de la cocina con la salsa, las primeras tortillas y unos pedazos de la carne ya asada, sale conmigo una cantidad de humo como si fuera yo quinceañera en su fiesta.

Bere grita: ¡Algo se está quemando, qué miedo!
Mi Chiquita corre a verificar los desperfectos y busca el extintor.
Polo se avienta el primer taco (él si confía en mi)
Todos los enanetes corren hacia afuera por indicaciones de sus madres.

Ya pasado el susto, inician los regaños y en este caso por partida doble:

MiCh: ¿Qué quemaste?
Bere: Mejor vamos a desayunar a otro lado.
MiCh: Ves, por hacer esa carne que avienta tanto humo.
Bere: Es que le pones mucho aceite. (Ni saben que es manteca de puerco o se mueren las 2)
Yo: No se asusten, nada más es humito.
MiCh: Se va a ahumar toda la casa, ¡Haz algo!
Yo: Estoy cocinando, Prende un ventilador.
Bere: Yo lo prendo.
MiCh: No Bere, que lo prenda este que es el que llenó de humo la casa.

Polo mientras tanto, ya me convidó un taquito que estaba buenísimo.


Bere no pela a Mi Chiquita y se lanza a prender el ventilador. ¿Han visto las fotos de aviones despegando? Donde se ven torbellinos de humo, hagan de cuenta, el humo empezó a retozar como gaviota y se hacían unos remolinos padrísimos.

Yo me regresé a la cocina, todavía había carne en la plancha, ya lista para prepararse el machacado. Mi Chiquita me acompaña agitando un trapo para tener mejor visibilidad, tampoco es cosa de estrellarse con la estufa. Abrió todas las ventanas, puertas y si hubiéramos tenido quema cocos en las casa estaría abierto.

El Machacado con huevo quedó buenísimo, las tortillas calientes y sin dorarse, las salsa bien caliente y picosita.
Los niños, Polo y su Conocedor, nos sentamos todavía con poquito humo y nos sampamos varios taquitos.

Mientras tanto y desde afuera, Bere y Mi Chiquita no entraban hasta estar seguros que no morirían de asfixia. Como el hambre es más fuerte que el susto, entraron y le entraron al machacado, no sin cierto recelo, pero con mucha hambre.

El siguiente paquete se cocina en asador y afuera o voy a volver a ser regañado.

¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

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