El
chiste es que me tenía que quedar ahí hasta que supieran que tipo de bicho se
me había metido en el cuerpo y definir qué antibiótico me iba a poner en
circulación otra vez.
Suena
fácil, pero la investigación para determinar al presunto bicho tuvo su chiste.
Yo
muy tranquilo viendo la tele en el hospital, andaba buscando alguna película de
Capulina o del Santo y en eso entra una doctora con 2 enfermeras como sus guaruras.
Desde que entraron, se les notaba la lujuria por mi cuerpecito y lo primero que
le dicen a Mi Chiquita es: “¿Nos deja
solas con el paciente unos minutos?”
Ni
modo que se pusiera rejega y que se sale, dejándome solito con tres mujeres, en
batita pero sin chon, o sea bien ventilado y dispuesto a todo. ¿Qué son tres al
mismo tiempo?
Yo
muy sonriente les ofrecí galletitas (siempre te llevan galletitas al hospital)
y café o refresco. Ya ven que trato de ser buen anfitrión. Muy decentemente
rechazaron mi oferta.
Pensé,
¿para qué será el montón de viejas contra mi solito? Hubieran venido de una por
una. Antes de lograr imaginarme sus intenciones, la Doctora que era la más
chaparrita saca una jeringa como para inseminar yeguas y me dice: “Necesitamos
una muestrita de su absceso, se la vamos a sacar con esta jeringa.”
Ingenuo
yo todavía le dije: No se necesita la jeringa, yo solito me lo exprimo y de que
sale, sale.“No señor” dijo la doctora, “tiene que estar en un recipiente estéril”
Yo: Oiga, si me clava eso el que se queda estéril soy yo…
Dra: "No se preocupe, duele un poco pero es rápido."
Para
que le dicen a uno eso. Seguro te vas a preocupar, te va doler muchote y vas a
sentir que dura una eternidad.
Dra:
“Mis compañeras le van a detener las piernas para que no las mueva y yo tomo la
muestra.”
Con
razón tres contra uno.
La
mera verdad, si he querido, ambas enfermeras hubieran volado por los aires,
estaban chaparritas y flaconas. No iban a poder detener mis musculosas piernas.
Con
lo que no contaba, fue que la Doctora se sube a la cama, se sienta en mi pecho, como si fuera yo caballo boca arriba,
quedando sus pompas muy cerca de mi cara, yo con todo al aire, las patas
abiertas y retenidas por 2 enfermeras (ven como si parece Kamasutra). Menos mal
que las camas de hospital tienen agarraderas, que si no las pompas de la
doctora hubieran corrido peligro de resultar severamente pellizcadas con mis manitas.
Ni
¡aguas! gritó la doctora cuando sentí una cuchillada como de cebollero en bola
de pastor pero en mi entrepierna y cuando le jaló para sacar la muestra,
entonces sentí que me chupaba hasta el cerebro. Dolió un chinnnnn…., pero la
verdad duró poquito. Ni tiempo me dio de gritar pidiendo auxilio a Mi Chiquita
que estaba afuera y ni cuenta se daba de lo que me hacían el trio de abusivas. Si
ha entrado a tiempo las despelleja… (Creo)
Me
dejaron rendido, sudado y con mi corazoncito latiendo durísimo. Hagan de cuanta
después del Kamasutra. Todavía tuvieron la decencia de agradecerme la
cooperación.
Cuando
entra Mi Chiquita, me ve en ese estado deplorable y nada que me cree que la
doctora se sentó en mi pecho, solo atina a decirme: “Qué cosas te imaginas”
Un
par de días después, ya con al antibiótico adecuado, con uno que otro piquete
de por medio, salí del hospital. Cuando vi la cuenta de verdad pensé: “Estos me
cobraron el Kamasutra Triple más caro que en el Men´s”
Me
propuse no regresar a ningún hospital, pero si vuelvo a caer en uno, voy a
buscar a la doctora que se me sentó en el pecho y voy a pedir cama sin
agarraderas.
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
No hay comentarios:
Publicar un comentario