miércoles, 20 de marzo de 2013

Más de Juventud

Ven, ayer me quedé picado con eso de los 18 años y nada de miedo.
Me acordé de los verdaderos terrores de esa edad. Tengo que agarrar a algun@s de 18 para preguntarles si siguen siendo iguales.

Por ejemplo: El mugre barrito en media nariz, rojo y con punta blanca, que te duele hasta las rodillas y mide como 1 cm de ancho. Tu nariz parecía el Popo, pero color carne. Y te salió el mero sábado que vas a salir con la persona predilecta.

Otro terror que me daba en esa época, era llegar a mi casa con 8 reprobadas de 10 materias….. Si no lo han vivido, ni idea tienen de las ideas suicidas que se le ocurren a uno. Con Bisteni mi amigo, pensamos en chocar en el periférico para salir medio lastimados y que nuestros padres nos tuvieran caridad.
Ya mejor pensado, además del guamazo del coche iban a venir los guamazos familiares. La idea quedó desechada, pero de que se nos ocurrió, se nos ocurrió.

Más miedos: Como yo era un supergalán, el sacar a bailar a alguna niña era una odisea, me sudaba hasta la pompa, mi corazoncito latía cual sismógrafo en temblor y los méndigos de mis cuates solo me empujaban hacia la susodicha, que ni cuenta se había dado de mi existencia y para aumentar el grado de dificultad estaba rodeada de 6 amigas.
Gracias a esos aventones, una vez saqué a bailar a Adela Noriega (no más me acuerdo y quiero suspirar) y que me dice que sí. El menso de mí, al acabar la primera canción y estando mucho más nervioso de lo normal, le di las gracias y me regresé junto a mis cuates que tenían la boca más abierta que un cocodrilo asoleándose.

Todas las que me gustaban parecían María. Chequen el video de Blondie:
http://www.youtube.com/watch?v=XPZRI_wfy0I
La traducción está medio chafa, pero la idea queda ahí.

Otro terror eran las citas a ciegas, como yo no agarraba ni gripa, pues mis cuates que salían con las meras meras, me conseguían citas con sus amigas.
Desde la pasada por ellas era sufrimiento, primero me las imaginaba como la Chimoltrufia, luego pensaba que ni caso me iban a hacer y finalmente ni idea tenía que les iba a platicar. Yo muy preparado para la cita.
La verdad, con las que me tocó salir, estaban rete bien y nos divertimos mucho. Muchas veces más que la pareja que nos había presentado.
Este terror crecía cuando la presentación corría a cargo de mi madre, “con una muchachita tan linda e hija de la Güera”.

Este terror era peor para las niñas…. Albercada, te iban a ver la panza, normalmente oculta por alguna camiseta, las patitas flacas y el color blanco aspirina de tanto asolearte.
A ella les ibas a ver casi todo lo que se tapaban y se tardaban en salir a la alberca unos 3 horas, salían más peinadas que para ir a la Disco (qué retro me vi) y con más trapos playeros encima, que parecían más vestidas que en traje de baño. Solo las de cuerpazo salían muy seguras de sí mismas en sus respectivos bikinis o aquellos trajes con hoyos por todos lados menos donde queríamos que hubiera.

Otro terror era ir con alguna al cine a ver una de terror… Valga la redundancia.
Yo soy sacatón para estas películas y a las niñas les encantaba vernos asustados.
Nada más imagínenme en un cinote (ahora son más chicos) con unos 7 asistentes, a las 10 de la noche, nosotros éramos cuatro: 2 méndigas, Rafael y yo. Fuimos a ver El Resplandor con Jack Nicholson. Bien caballerosos y protectores que somos, las sentamos entre nosotros, El orden era: Rafael, una méndiga, otra méndiga (la mía) y su Conocedor. Al final de la película y después de unos 6 viajes por palomitas y refresco (en las escenas más ojais) quedó el orden así: Méndiga de Rafael, Rafael, Yo y méndiga mía. Ellas muertas de risa y yo casi le agarro la mano a Rafael con el susto del elevador sangriento. De El Exorcista, mejor ni hablamos.

Finalmente el miedo más aterrador de aquella época.
Ya la habías sacado a bailar, la habías invitado a salir, habías ido a su casa  a conocer a su mamá, es más, ya era tu novia……. Mi miedo: ¿Cómo le haré para darle el primer beso?

¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

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