Pues
que El Potrillo va al palenque en Cuernavaca. Y que Bere le llama a mi Chiquita
para avisarle que no pueden faltar a la cita. Par de méndigas, ni avisaron a
sus respectivos consortes que teníamos que pagar una lana porqué habían
comprado los boletos más cercanos al escenario y así El Potrillo las iba a ver
y seguro se enamora de ellas.
Polo,
que es un santo y tiene muy consentida a Bere, pagó todos los boletos (así
cualquiera queda comprometido). Yo solo recibo instrucciones sorpresa para
depositarle a Polo nuestro adeudo junto con la noticia que su mami no se lo
puede perder y también va.
Aquí
debo reconocer que Polo me insistía mucho en ir, yo no lo entendí hasta que terminó
el concierto.
Como
El Potrillo casi no tiene fans, nos estacionamos como a 12 km de la entrada
porqué ya no había lugar, el calor de la ciudad de la eterna primavera era
salvaje, cuando llegamos a la entrada yo ya iba todo sudado y más cansado que
un camello cruzando el Sahara.
El
grupito estaba formado por 6 parejas que sedientos y acalorados empezamos a
pedir bebidas motivantes para medio enfriarnos. Yo pedí 2 refrescos en lata
bien fríos, con ellos acaricié mi cabeza que estaba llegando a los 40°C con
peligro de convulsión. Todavía faltaban como 2 horas para que iniciara el
concierto.
Durante
2 horas suceden varios accidentes:
1- Solo
había una paloma en todo el foro, pero con chorrillo y una puntería casi
perfecta, le atinó a mi suegrita como 10 veces (todos los demás salimos
intactos)2- Perdí como 200 pesos en el Bingo, no le atiné a un solo número.
3- Los gallos tampoco rindieron mayores utilidades.
4- El calor arrecia y yo pido más refrescos para enfriar mi cabecita.
5- Mi suegro ya debe estar delirando, fue el único que pidió un café caliente en todo el auditorio.
6- A Polo lo agarraron de barman y se la pasó sirviendo copas a la oncena de sedientos acompañantes sentados en la misma fila.
Ya instalados
me acerco a Polo para preguntarle porqué de la insistencia en ir a ver a
Alejandro Fernández. Me gusta mucho su música, pero no soy fan de las
multitudes.
Polo
solo dijo: Voltea para atrás.
¡Madre
Mía! En el graderío habíamos como chorromil asistentes, el 85% eran mujeres, de
ese 85% como el 90% venían muy ventiladas (primera ventaja del calorón) además
casi el 100% estaban retebién, el taco de ojo iniciaba y con muy buenas
expectativas.
Que
sale El Potrillo, que empiezan una bola de féminas a gritarle desde: ¡Quiero tener un hijo tuyo! hasta ¡Papito ven con mamita! y otras que no
puedo repetir…. Son retepeladas, yo que El Potrillo si me hubiera ruborizado.
Empieza
la cantada (canta retebien) que dura como 4 horas (sin repetir canción). En
algunas hasta se equivocó y su público más le gritaba. Movía la bota tantito y
todas gritan, se quita el saco y todas gritan, se lo vuelva a poner y todas
gritan. Haga lo que haga, todas gritan.
Cuando
empezó a cantar yo estaba sentadito, pero como todas las gritonas se paran,
pues te paras tú o no ves nada. Al voltear a mi alrededor empiezo a observar
múltiples intentos de stripteases o como se escriba, el caso es que empezaron a
llover brassieres por todos lados (yo que El Potrillo ponía tienda de
lencería).
Las
tres damitas con las que fui, gritaban como enloquecidas, Bere medio lloraba mientras desparramaba pulmón gritando ¡PAPIIIIITO!,
Mi Chiquita se jalaba la cabellera y pegó un alarido: ¡PAPASOOOOTE! y su mami en posición de ligue
en antro, con una mano en la cintura, la otra en la rodilla ligeramente
inclinada y de ladito gritaba: ¡CHEEEENTE, ES MI SUEGRO! Seguro Don Vicente se
despertó muy alterado en Guadalajara ante semejante grito.
Ante
mi azoro, Polo me vuelve a decir: “Voltea
patrás.”
Al
voltear vi que como tres mil mujeres, “me” gritaban todo tipo de declaraciones
amorosas y proposiciones indecorosas. Aunque uno esté acostumbrado, se sienten
hasta escalofríos, ni en mis mejores épocas me gritaron tantas, tanto y al
mismo tiempo. Estoy casi seguro que los gritos eran dirigidos a mí, debido a mi
silueta tipo tamal y no al Potrillo.
Al
terminar el espectáculo, mientras las tres locas comentaban que El Potrillo les
había mandado un beso directito a cada una de ellas y ya había caído ante sus
encantos, solo le comenté a Polo:
¡Vale
la pena el show y El Potrillo también canta de pelos!
¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!
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