Está en la Calle de Belisario Dominguez # 72 en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es un edificio que antes fue convento, la pura visita al lugar vale la pena, pero como aquí no recomendamos arquitectura, déjenme les platico de algunos de sus platillos.
La
referencia clásica: Los Chiles en Nogada.
Son
tamaño conejo grande, muy bien rellenos y bañados en la nogada acompañada de
granada deliciosa. Esta explosión de sabores creado en Puebla, dicen que para
festejar la independencia de nuestro país, es increíble. El sabor del chile
poblano combinado con el relleno, la nogada y la granada es algo que no pueden
perderse. Se puede pedir medio chile, para probar más platos. Este platillo los
hizo La Catedral del Chile en Nogada
Otro
platillo clásico de la cocina mexicana y que ahí sirven de forma muy
tradicional es el Puchero de Res. Caldo muy caliente con vegetales y el gran
trozo de carne que se desbarata con el puro tenedor, es una caricia para el
alma y para el cuerpo.
Te
ofrecen también el Pollo Manchamantel¸ que semeja al clásico platillo oaxaqueño
con la suavidad del sabor del pollo.
La
sopa de frijol es otro de los platillos que hay que pedir.
Su
Mole Poblano con pollo y arroz te va a hacer pensar que estás en Puebla, en la
cocina de algún convento donde se preparó de forma tradicional, pero además con
amor.
Haz
huequito, los chongos zamoranos son hechos en casa, nada de latitas, lo mismo
el arroz con leche. Pidan ambos y compartan, yo sé lo que les digo.
El
lugar es un pequeño museo con murales, vitrales y adornos, ha sido visitado
hasta por Neil Armstrong (qué pisó la Luna, pero allá no había tortillas recién
hechas).
Tiene
estacionamiento, pero al terminar vayan a dar la vuelta por ahí, hay museos, la
famosísima Plaza Santo Domingo y mucho que ver y visitar.
Es
un viaje al pasado, a probar platillos clásicos y preparados así, además van a
poder presumir que ya fueron al Restaurante Más Antiguo de México.
Un Déjà vu delicioso.
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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