Que nos lanzamos
tempranito a ver la Clase Abierta de Mi Oso de Peluche. Todo estuvo como lo
esperaba, los “maestros” pidiendo aplausos para ellos mismos, los niños como en
clase con sus diferentes personalidades y los directores tratando de explicar
qué fue lo que salió mal y porqué.
La de Ingles estuvo
razonablemente bien, los niños participaron y su Miss los orientó y apoyó. Hubo
variedad en las actividades y al parecer los niños y padres nos la pasamos
bien.
Vino después la de Oral
Expression. Mera pachanga, bailes, actividades y todos divertidos, incluida la
maestra que presentó excelente actitud. Me gustó.
De ahí pasamos al salón
de Computación, bien también. Prepararon un cuento con herramientas de
tecnología y no noté a ninguno de los alumnos distraídos. Bien también.
Pasamos al salón de
desarrollo de habilidades. Aquí debo felicitar al Profesor CuentaCuentos
encargado de esta clase. Fue lo mejor que vimos, desarrollaron un par de juegos
muy interesante que a mi parecer, realmente les desarrollan sus habilidades.
Los niños lo disfrutaron y supongo que así sea su clase normalmente.
Regresando al
auditorio, inicia la clase con otra “maestra”. Aquí si se hace un verdadero
desastre. Lo primero que pide es buscar en el diccionario una palabra y pasaron
muchos minutos. Cabe aclarar que están en segundo año de primaria. La maestra
no tuvo nunca iniciativa de apoyo, tampoco les presentó alguna forma de trabajo
en equipo, menos intervino con la mayoría y aun estando frente a varios padres
de familia, se desencadenó un desorden bárbaro. El desorden incluyó a los
padres, que ya estábamos aburridos de ver niños platicando con diccionarios
enfrente de ellos. Esta “maestra” debiera dedicarse a otra cosa y no hacer perder
el tiempo a los alumnos.
Esto es lo de menos, al
final sale un personaje (otra miss), que trata de explicarnos el motivo del
desorden, nos dice que así está planeado (¿Por qué las demás no fueron así?).
Que si el enfoque son los niños, que es rete difícil organizar una clase frente
a los padres, que se toman las mejores prácticas de todos los tipos de
educación, y así muchas explicaciones para evitar que su “maestra” pase por inepta.
Esta persona nos aclara
que ya tiene muchos años en la escuela y que por eso opina.
Cabe aclarar que acaba
de regresar a colaborar nuevamente, después de muchos años de problemas bajo su
dirección; que ahora existen otros problemas semejantes y debiera tener la decencia
de renunciar. No es la persona adecuada para su puesto.
Escuché a varias mamás
opinar: Si quieren hacer que el foco de las clases sean los niños, ¿por qué me
llaman cada rato para decirme que el mío habla mucho?
Lástima, hay muy pocos
maestros que valen la pena. Hay que hacer algo para erradicar este tipo de
gente de nuestras escuelas.
Aprovecho para
felicitar al Profesor CuentaCuentos, él si vale la pena.
¡Vive! ¡Disfruta!
¡Comparte!
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