miércoles, 30 de enero de 2013

Las familias que no son nuestras, pero sí.

La vida te regala muchas familias, ni parientes tuyos son, no se apellidan igual que tú y te reciben en sus casas como si de verdad fuera la tuya.

Déjenme les platico de uno de mis amigos y su (mía también) familia.
Enrique es de los chiquitos de la Calucho Corporation, su (mi) familia, me recibió en su casa como miembro participante de la misma, con todo incluido, desde el derecho a asaltar la alacena y el refri, hasta la obligación de recibir alguna que otra llamada de atención por alguna malorés que hicimos.

Mi (su) hermana Susy, es una de las culpables de que yo sea muy feliz, todo por ser amigota de mi suegra (que es más mayorcita).
Desde hace muchos años, Susy decidió que Mi Chiquita, debía de conocer al futuro Conocedor para ver si hacían “click”.
Tenía pensado congelarme para que yo fuera la media naranja de su hija, pero eso si estaba muy difícil, Susy chiquita era muy chiquita y el negocio no iba a fraguar. Hoy Susycita es mamá de un malora que me comparte sus papas a fuerza con todo y salsa valentina.

Susy, hizo varios malabares, para que me enamorara de su candidata a Sra. Conocedora, nos presentó al menos 3 veces (el menso de mí, la veía Chiquita) y no hizo el menor caso a estas presentaciones.Pero la tercera fue la vencida.

Susy me consintió desde que era soltera y de casada lo continuó, me enseñó a preparar costillitas adobadas y unos hot cakes mejores que los callejeros, ella prepara una moronga que no tiene abuela y que me ingiero con total gusto. Ha sido parte muy importante de mi familia y yo me siento parte de la de ella.

Compartí con ella (Y con Enrique por supuesto) la partida de nuestros papás, nos abrazamos, los lloramos y lo sentimos. Aprendimos que después de eso, nos podíamos reír, seguir queriéndonos y seguir compartiendo vida.

Hay miles de anécdotas que pudiera yo compartir con ustedes, pero hoy estoy muy triste. Susy está muy malita en el hospital. Yo me siento un verdadero inútil, no se me ocurre nada qué hacer, he estado como mero acompañante de sus (mis) hermanos y mamá. Ya los abracé y voy a seguir haciéndolo. No quiero que sufra, pero soy muy egoísta y quiero que se cure, quiero comerme otros hot cakes con ella, quiero “quejareme” que por su culpa me encaramó a mi suegra y quiero quererla todavía más.

Pienso que no hay que perder el tiempo, que es el único bien que realmente desperdiciamos en puras babosadas.

Hoy se los voy a dar, pero aquí también les dejo abrazos y besos a Enrique, Carlos, La Polla, Guillermo, Doña Quica, Lalo (su marido y mi amigo), Susycita, y a Eduardo Jr. Ninguno se apellida igual que yo y son mi familia.

Susy, te quiero y mucho e igual que tú, pienso seguir con el lema:

¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!

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