Déjenme
les platico de uno de mis amigos y su (mía también) familia.
Enrique
es de los chiquitos de la Calucho Corporation, su (mi) familia, me recibió en
su casa como miembro participante de la misma, con todo incluido, desde el
derecho a asaltar la alacena y el refri, hasta la obligación de recibir alguna
que otra llamada de atención por alguna malorés que hicimos.
Mi
(su) hermana Susy, es una de las culpables de que yo sea muy feliz, todo por
ser amigota de mi suegra (que es más mayorcita).
Desde hace muchos años, Susy
decidió que Mi Chiquita, debía de conocer al futuro Conocedor para ver si
hacían “click”.
Tenía
pensado congelarme para que yo fuera la media naranja de su hija, pero eso si
estaba muy difícil, Susy chiquita era muy chiquita y el negocio no iba a
fraguar. Hoy Susycita es mamá de un malora que me comparte sus papas a fuerza
con todo y salsa valentina.
Susy,
hizo varios malabares, para que me enamorara de su candidata a Sra. Conocedora,
nos presentó al menos 3 veces (el menso de mí, la veía Chiquita) y no hizo el
menor caso a estas presentaciones.Pero la tercera fue la vencida.
Susy
me consintió desde que era soltera y de casada lo continuó, me enseñó a preparar
costillitas adobadas y unos hot cakes mejores que los callejeros, ella prepara
una moronga que no tiene abuela y que me ingiero con total gusto. Ha sido parte muy
importante de mi familia y yo me siento parte de la de ella.
Compartí
con ella (Y con Enrique por supuesto) la partida de nuestros papás, nos
abrazamos, los lloramos y lo sentimos. Aprendimos que después de eso, nos podíamos reír,
seguir queriéndonos y seguir compartiendo vida.
Hay
miles de anécdotas que pudiera yo compartir con ustedes, pero hoy estoy muy
triste. Susy está muy malita en el hospital. Yo me siento un verdadero inútil,
no se me ocurre nada qué hacer, he estado como mero acompañante de sus (mis)
hermanos y mamá. Ya los abracé y voy a seguir haciéndolo. No quiero que sufra,
pero soy muy egoísta y quiero que se cure, quiero comerme otros hot cakes con
ella, quiero “quejareme” que por su culpa me encaramó a mi suegra y quiero
quererla todavía más.
Pienso
que no hay que perder el tiempo, que es el único bien que realmente desperdiciamos
en puras babosadas.
Hoy
se los voy a dar, pero aquí también les dejo abrazos y besos a Enrique, Carlos,
La Polla, Guillermo, Doña Quica, Lalo (su marido y mi amigo), Susycita, y a
Eduardo Jr. Ninguno se apellida igual que yo y son mi familia.
Susy,
te quiero y mucho e igual que tú, pienso seguir con el lema:
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
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