Mis
pensamientos son como sueños lejanos, la luz hasta duele, hay un enano con un
tubo escondido atrás de la cabecera y al abrir mis ojitos me suelta tremendo
tubazo…mejor los vuelvo a cerrar. Eso de despertar después de tanto día de
pachanga es terrorífico.
Además
toda la familia se quedó en mis aposentos, los otros tres roncan peor que león
en siesta después de cenar búfalo y ya me urge un café.
Ya
medio desamodorrado pienso en los muchos orates que no han llegado a sus casas:
¿Ya terminó
su pachanga del Año Viejo?¿Creen que ya se van a poner a dieta?
El Maratón es Guadalupe Reyes…… ¡Faltan la Rosca y los tamales!
Acá
su Conocedor tiene la panza llenísima y no ha desayunado. Mis invitados tienen
cara de “ya no puedo más” y tampoco han desayunado. Mi familia me amenazó que
no me dirigirán la palabra hasta que les haga la digestión.
El
primer día del año y ya provoqué arrepentimientos culinarios, varios piensan
que fue demasiada la cantidad de tortas de pierna, otros se quejan de la
cantidad de sidra ingerida, unos más de los tacos a media noche y después de
cenar.
Solo
les platico del cuarto recalentado del año: Bolillos recién salidos del horno
en la panadería, pierna picada para que no cueste más trabajo masticarla,
aguacate para hoy (como dicen las marchantas), jitomate, queso gratinado y
rajas gourmet. Omaigod, no voy a poder ni con media torta.
Ya
despabilado, inicio la escritura de estas líneas y recuerdo algún año nuevo de
hace muchos ayeres, donde al finalizar la fiesta a las siete de la mañana,
agarrábamos al Poderosísismo y nos lanzábamos al Ajusco en búsqueda de
quesadillera recién levantada para samparnos tres de chicharrón, cuatro de
queso y una de flor para eso de comer vegetales.
Al
regreso del Ajusco, un regaderazo e ir a misa de una; éramos muy piadosos y nos
encantaba ver a las niñas buenas (en todo sentido) en misa.
De
ahí a gorrear en alguna casa la comida, bebida y algún digestivo. Más tarde al
cine o a algún café para continuar los festejos por el año recién llegado y
finalmente en la noche buscar alguna taquería para cenar e ir a dormir.
Si
hoy organizara un día como esos, El Profesor se nos quedaba dormido a las
cuatro de la mañana y tapadito con alguna cobija de perro, Rafael hubiera
regresado del Ajusco en calidad de lirón adormecido seguramente acurrucado en
la cajuela, Enrique se hubiera quedado dormido a medio baño con peligro de ahogarse
y su seguro Conocedor estaría como amanecí hoy: Cansado, con la panza llena,
con una sed como de náufrago, sin ánimo de ver la tele y dispuesto a tomarse el
día libre (en piyama y sin bañarse)
Hoy
es 1° de enero, 2103 y ya estoy cansado, todavía me faltan un par de tamalizas,
de perdida tres roscas de reyes con sus respectivos atoles y al menos un
desayuno con cuates antes de que termine el famoso y peligrosos
Guadalupe-Reyes. (Lo peor es que ya me estoy animando a seguirle)
Si
se sienten cruditos, cansados, flacos ojerosos y sin ilusiones, se les va a
pasar.Mejor levántense, báñense, desayúnense algo ligerito como chilaquiles con arrachera y salgan a la calle a saludar amigos y parientes.
Empieza
el año y yo les sugiero un propósito:
Todos
los días levántense y salgan a la calle a hacer cosas buenas, con gente buena y
de buenas. ¡Cuánta bondad!
¡Vive!
¡Disfruta! ¡Comparte!
¡Feliz 2013 Gil! Que sea un año lleno de éxitos, salud, amor y prosperidad para ti y los tuyos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)