Dirán,
que empresa tan coda que no les reservó su recamarita para cada uno….
En
este caso la empresa no tuvo mucho que ver, nuestro exgerente, “Pepe” para
llamarle de algún modo, era medio pichicato con lo de los gastos (para todos,
él si se despachaba con cuchara grande y gorreaba las cuentas en cuanta comida
podía) y que nos manda, haciendo que nuestro cliente pagara los gastos. Obvio, el
cliente nos metió en la misma habitación. Además
de irnos a tierras norteñas vía carretera, para que no saliera tan caro.
Todo
controlado, su seguro Conocedor es muy respetuoso del colega y Carlitos
también. Compartimos excelente plática durante el viaje de ida, comimos viandas
de cada región donde nos agarró el hambre (muy seguido por cierto) y llegamos a
la tierra del cabrito al Pastor, directo a trabajar.
Después
de realizar nuestras labores de capacitación (Carlitos hizo todo el trabajo, mientras yo me
tomaba varias lights y lo observaba), nos fuimos a cenar unos tacos de chorizo con huevo bien
norteños con su chilito piquín y finalmente a descansar al hotel.
Tan
respetuoso me vi, que hasta short usé (que conste que mi pijama de trusa con
rayitas azules me acompañaba desde el amanecer). La verdad no me fijé que tipo
de negligé se puso Carlos, porqué con la manejada y el calor, me quedé dormido
como en 21 segundos.
A la
mañana siguiente, Carlitos está como perdido en el espacio, aprovecho para
bañarme y acicalarme, quedando listo para otro día de trabajo en Monterrey. Al
despertar Carlitos, como zombie se mete al baño y abre la regadera. La verdad,
pensé que se estaba exfoliando, porqué se tardó como 45 minutos, al salir se me
quedaba viendo medio raro….. y yo a él…. Algo sucedía, pero ninguno mencionó
nada.
Otro
día de capacitación, más comida norteña, convivencia con colegas y regreso a la
habitación del hotel. Empiezan las rarezas otra vez….. que le corre al baño y
sale muy empijamado, se acuesta y dice: “ya me voy a dormir” y ni tardo ni
perezoso, que cumple y se queda como pasmado.
Al
despertar el día siguiente, que me lo encuentro bañado, peinado y listo para
empezar el día…. Pues inicio mi rutina limpiadora de mi cuerpecito, vestimenta
y perfumada para salir a la última parte de la capacitación y ese día regresar
a la capital. Todo transcurrió normalmente.
Ya
de regreso en la carretera, que se confiesa:
“Fíjate
mi Gil, que hoy me levanté tempranito para bañarme antes que tú.”¿Y eso?
“Es que ayer que me ganaste la regadera y quedo como si hubieras bañado al Yeti de los Himalayas”
¿Cómo?
“Es que estás medio peludo y se te cae el pelito, se atora en la regadera y la verdad me dio cosa, Brenda (su esposa y bombón de mujer) no suelta pelusa. ¡Ayer me tardé como media hora en que se fuera todo por la coladera!”
Me reí hasta Matehuala, donde nos agarró la noche y a partir de ahí juntos creamos el guion del siguiente superéxito mundial del cine: La Venganza de los Sotoles Asesinos. Ya les platicaré más de nuestra creación.
Por
cierto, en ese viaje descubrimos que Mi Chiquita y su Brenda nos mienten.
¡Ninguno
de los dos ronca!¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!
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