No estoy hablando de invasión de
zombis, ahora muy de moda, tampoco de apariciones de la Llorona, o aullidos del
Nahual….. NO, simplemente hablo de sobrepoblación en sus camas.
La noche inicia como muchas otras, a
puros gritos de Mi Chiquita de “¡Ya duérmanse niños!”, “¡Ya es tarde y mañana
hay escuela!”, “¡Mañana no se van a
querer levantar!” Y así una variedad de
amenazas a mis retoñitos, las que al parecer no les dan sueño. Como una hora
después la tranquilidad reina en el hogar………¿Será?
La primera irrupción a la tranquilidad
corre a cargo de mi Cachorra, se escuchan pasitos y se acerca una pequeña
figura en la obscuridad diciendo. “Tengo sed” Mi Chiquita que ya me estaba
siendo infiel con Morfeo, se levanta como resorte para pegar fuerte grito
diciendo: ¡Toma agua y duérmete! Con eso, la Cachorra regresa a sus aposentos
sin tomar ni un traguito de agua.
Segunda irrupción: Mi Osos de Peluche,
tose en la lejanía y su madre me despierta para pregúntame, ¿Lo oíste? Yo que
ya también estaba en el abrazo con Morfeo solo puedo articular un ¿eeeeee? Y me
afirma. ¡Tosió! Y yo otro ¿eeeeee? Todavía medio dormido recibo fuerte regaño…
¡Te dije que no salieran sin suéter, ya le dio algo! Traelo a la cama para aquí
oírlo de cerquita. ¿eeeeee? Este último ya estoy medio despierto.
Me lanzo por el Oso y me lo llevo a mi
cama, el condenado ni despierta a pesar
de tanto jalón que le di para llevarlo.
Tercera irrupción: MI Chiquita que ya
no piensa en Morfeo, prende la tele para darse sueño….. Y acá su menso se “pica” con la película.
Cuarta irrupción: Regresa la Cachorra
muy molesta porqué su hermano si se puede acostar en mi cama y ella no. Solo
atino a decirle. Pues acuéstate tú también.
Ni un segundo toma para que mi cama
esté poblada por los cuatro parientes más cercanos. Solo falta que la Lila
tenga sed y se quiera acostar aquí también.
Pareciera que el problema de sueño
está resuelto, pero noooooo, ya los otros tres dormidos y yo viendo la
película, empiezan las patadas.
Como la sobrepoblación está canija,
pues el calor crece, tanto el Oso como la Cachorra empiezan a patear la colcha,
cobija, almohada y a su padres de pasadita.
Pasan quince minutos de estar acostado
con dos clones de Bruce Lee y todos vuelven a despertar…..debido a los amargos quejidos
emitidos por su seguro Conocedor ante tanta violencia.
Son como las 3 de la mañana, yo he
dormido como 16 minutos y se les ocurre ¿No quieren una
botanita?.........Después de otros 10 minutos de quejas y sugerencias
gastronómicas, pues vamos todos a la cocina, aquí se integra al grupito
nocturno la Lila para ver si le toca algo y buscamos que vamos a botanear.
Sale queso, jamón, pan, jitomate,
lechuga y se convierten en sándwich que es transportado a mi cama, donde
tenemos un picnic familiar, pero a las 4 de la mañana.
Ya comidos y paseados por el hogar,
van cayendo uno por uno en sueños profundos, mientras yo no me puedo dormir
porqué me comí medio sandwichón.
A la mañana siguiente, empiezan
nuevamente los gritos: ¡Ya párense, que no llegamos! ¡Se van a ir sin
desayunar! (Después del sandwichón, yo no tengo hambre) ¡No van a estar listos!
(Yo con la desvelada voy a estar remenso).
Con mis ojitos todos lagañosos, me
meto a la regadera y decido que esta noche me duermo ahí.
¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!
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