¿Qué dijeron las lectoras? Este se va a poner poético…………..NO
Durante algunos años muy recientes, he ido descubriendo que el Verdadero Amor de las Mujeres es …. Su Celular o ya conocido como Smartphone.
Lo cuidan
más que a sus hijos y marido, le sonríen más que a cualquiera de sus compañeros
de trabajo, lo acarician más que al perro o en su caso gato, que ya se sienten
desplazados como mascotas y finalmente le dedican más tiempo a él, que al
maquillaje (que ya toma su tiempecito y lo usan mientras se ponen más bonitas).
Méndigo
aparato, hace bssss y ella corre a atenderlo, uno pide, ruega, suplica e
implora atención y hay que esperar a que termine de atender a su celular.
Hay las
super expertas, que usan desde las llamadas, pasando por los chats y hasta el
GPS. A mi me cae muy gordo el GPS, es como traer otro hombre en el coche y a él si le hace caso tu media naranja. Se ve que no saben de las habilidades masculinas para llegar a algún lugar, aunque te gastes completito el tanque de gasolina dando vueltas y buscando el lugar de llegada, NUNCA necesitas preguntar ¿cómo llegar? Y menos a un aparato comunicador.
Se me hace
que el chat, fue inventado por alguna fémina con altas necesidades de
comunicación escrita, que sentía esa necesidad de saber que dicen 34 amigas al
mismo tiempo y que esto quedara registrado para revisarlo y pueda ser
utilizado, para bien o para mal, según la actitud de cualquier otra
escribiente.
Acá su
Conocedor y mi descendencia hemos sufrido los estragos causados por el celular
de Mi Chiquita…. Suena como 3,429 veces por hora. Si estás sentado con la
familia en la mesa, hambrientos y dispuestos a devorar algún manjar,
suena el méndigo celular.
Ya comiste frío, tarde y solo platicamos entre 3 y no entre 4. Además, terminas antes de que acabe la llamada, chat o no sé que otro tipo de comunicación y al terminar, recibes la reclamación: ¿Por qué no me esperaron? ¡Siempre tengo que comer sola!
Esto sucede
durante la comida, cena, plática nocturna, vacaciones, visita a casa de los
cuates, en algún restaurante, de visita con parientes y hasta en el mercado.
El colmo ya
fue en casa de experta usuaria de estas tecnologías, en la que les enseñó a
usar una teleconferencia múltiple, para que todas se vieran sus caritas
mientras platican. Para la prueba, que se arrancan tres amigas, cada una a una
esquina de la sala y empiezan a platicar sin quitarle la vista a su amor (léase
su celular) y todas muertas de risa, solo decían al mismo tiempo: ¡Está
padrísimo!
Mientras
tanto, tres maridos, ni caso hacemos a la tecnología y seguimos botaneando,
copeando y conviviendo.Nótese que aquí no incluyo las 5 a 7 horas de llamadas diarias de Mi Chiquita a y de su mami, por el teléfono fijo. Ese es otro tema.
¡Vive! ¡Disfruta! ¡Comparte!
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